Papel pintado... ¿sí o no?

Cuando nos enfrentamos a un momento de reforma, o estamos en pleno proceso de decoración de una nueva habitación, una de las preguntas que nos hacemos es qué tipo de pared queremos que luzca. Una de las opciones es el papel pintado, ¿es una buena elección? En este post vamos a contarte algunas de sus características para intentar resolver tus dudas y decidir si es una buena idea para tu estancia. ¡Manos a la obra!

Papel pintado: Rápido y elegante

El papel pintado es un material comúnmente asociado a los hogares de los años 70, lo que puede provocar que nos evoque un tipo de componente antiguo o pasado de moda. Aunque se trata de un material que ha pasado algún tiempo en el olvido, recientemente ha vuelto con fuerza, por lo que su demanda ha aumentado considerablemente.

Uno de los puntos a favor del papel pintado, es su mejor resistencia al paso del tiempo que la pintura, además son también más económicos que esta. Es un material fácil de colocar y sencillo de quitar. Si eres una persona a la que le gusta darle con frecuenta nuevos aires a sus estancias, esta será sin dudarlo una opción a tener muy en cuenta.

Otra de las principales ventajas que nos ofrece este material, es que permite una amplia gama de posibilidades para decorar nuestra estancia. Actualmente, existen infinidad de opciones y diseños en el mercado, por lo que te será sencillo encontrar uno que se adapte a tus ideas y características. A continuación, te hacemos un resumen de los principales tipos de papel pintado de los que dispones:

• Papel pintado tejido-no tejido: Se trata de un papel que puede ser lavado con facilidad gracias a su capa vinílica acrílica y barnizada. Es el papel pintado más utilizado en la actualidad. De fácil instalación.
• Papel vinílico: Muy utilizado en cocinas y baños. Su capa de PVC sobre el papel ofrece un acabado resistente frente a problemas en las paredes como la humedad, son además muy fáciles de limpiar.
• Papel pintado con base textil: Muy utilizado en los años 70 debido a su atractivo y elegancia, pero actualmente en desuso, ya que su limpieza es más complicada y es engorroso de colocar.
• Papel autoadhesivo: Se pega directamente a la pared, por lo que es muy sencillo de aplicar. Permite distintos acabados como tela, vinilo, papel o metal. 
• Papel de efecto rugoso: Su composición a base de dos bandas de papel entre las que se encuentra una capa de fibra de madera le otorga su característico aspecto rugoso. De fácil colocación, ofrece una amplia variedad de colores y diseños.
• Papel de estilo moderno: Pueden tener acabado con relieve, brillo o purpurina otorgando un curioso efecto tridimensional.

Algunas consideraciones

Ya conocemos algunas de las múltiples ventajas que ofrece este material. Algunas consideraciones que debemos tener en cuenta hacen referencia a que, si estamos en un piso de alquiler, deberemos tener claro que el propietario no tiene inconveniente en que alteremos las paredes con papel pintado. Aunque hoy en día la gran mayoría de estilos son relativamente fáciles de quitar, otros oponen mayor resistencia, por lo que deberemos de estar seguros de contar con el beneplácito del dueño para colocarlo.

También será importante tener claro el diseño y material que queremos utilizar. Una vez adquirido no podremos devolverlo si no queda como pensábamos, por lo que será importante imaginar nuestra estancia con el diseño acertado para evitar tener que cambiarlo por otro diferente.

Sí al papel pintado

Como hemos visto, son múltiples las ventajas que nos ofrece el papel pintado. Si te decantas por él, aprovéchate de la infinidad de posibilidades que permite este material, de sus colores, acabados, formas o texturas y confecciones aquel que mejor se adapte a tus gustos. Una vez que tenemos claro el diseño, es el momento de colocarlo y observar cómo dota de una nueva luminosidad y elegancia a la habitación.