Restaura un mueble paso a paso

Los muebles de madera se caracterizan por presentar una calidad y una resistencia mayor al resto de materiales, lo que les permite aguantar durante más tiempo. El deterioro de este tipo de muebles no es condicionante de que suponga el fin de su vida útil, ya que, gracias a un proceso de restauración adecuado, podemos conseguir recuperar su apariencia inicial para que siga formando parte de nuestro mobiliario durante unos años más.

Aunque la restauración de un mueble se debe llevar a cabo de forma precisa y cuidadosa, es un proceso sencillo y muy gratificante, convirtiéndose hoy en día en un pasatiempo para muchas personas por su capacidad relajante y reconfortante. En este post vamos a contarte cuales son los pasos más comunes para seguir a la hora de restaurar un mueble y que aspectos debes tener en cuenta. ¿Estás listo? ¡Vamos a ello!

Limpia el mueble

Tómate todo el tiempo que necesites en limpiar la superficie y cajones del mueble lo más concienzudamente posible. Elimina el polvo y los restos de suciedad para que no entorpezcan durante el proceso de restauración.

Erradica la carcoma

Si la superficie presenta pequeños agujeros, es muy posible que exista carcoma. Para eliminarla, debes aplicar un producto especial para este cometido con una brocha en cada uno de los huecos. Al acabar, envuelve el mueble con plástico cubriendo por completo todos los agujeros. Lo recomendable es dejarlo durante 4 días cambiando el plástico cada 48 horas para poder acabar con este problema por completo.

Repara los golpes

Es posible que debido al uso y desgaste el mueble presente algunas zonas más afectadas. Puedes disimular esas zonas dañadas con masilla o cera natural. Después, rellénalas con una espátula y lija la superficie hasta que la fisura desaparezca por completo. Para devolverle su tono original, píntala con óleos de la misma tonalidad que la madera.

Arregla puertas y cajones descolgados

Frente a puertas o cajones descolgados, renueva las bisagras por otras que se ajusten correctamente. Otra opción, si la bisagra antigua se encuentra en buen estado, es pegarla con cola rápida. Para cajones que no deslizan bien, puedes aplicar jabón a las guías o lijar los laterales.

Restaura las cerraduras y herrajes

Si los herrajes son de bronce, puedes limpiarlos con agua y jabón. Para el resto de metales, utiliza un cepillo de cerdas suaves humedecido en vinagre. Para las cerraduras, puedes usar un cepillo metálico con las cerdas suaves.

Renueva la tapicería

En caso de que la tela se encuentre deteriorada y sea necesario reemplazarla, crea una plantilla con la forma del tapizado original, recórtala con cuidado y grápala sobre el mueble. Si la tela está en buen estado y crees que no es necesario reemplazarla, desclávala con cuidado del mueble y límpiala a fondo. Una vez completamente limpia y seca, grápala de nuevo al mueble con una grapadora especial para tapizados. 

Barniza y encera

Aplica una capa de barniz y déjala secar durante unas 24 horas. Tras esto, limpia el polvo, lija el mueble y aplica una segunda capa de barniz. Tras esto, utiliza un poco de algodón para aplicar una capa de cera incolora, que permitirá darle al mueble un aspecto más natural.

Tiñe si es necesario

Si observamos que el mueble ha perdido demasiado color, o se le quiere dar un tono diferente al original, teñir es una buena solución a este cometido. Para ello, lija, limpia y aplica con una brocha suave una primera capa de tinte completa. Si quieres lograr un tono más oscuro, pásale varias capas hasta lograr el tono deseado.

Paso final: pulir

Para lograr un acabado lo más brillante posible, aplica al menos una segunda capa de barniz, tinte o de goma laca. Es también una buena opción encerar el mueble una o dos veces al año tras la restauración para mantenerlo en perfecto estado.

Una vez completados estos pasos, tu mueble restaurado lucirá como nuevo y estará listo para ser colocado de nuevo en el lugar visible que le tenías reservado. Hacer una foto del “antes” y compararla con el resultado final, te ayudará a tener una perspectiva general del cambio y ver lo bien que ha quedado el resultado. No tengas prisa y tómate todo el tiempo que necesites durante el proceso y, sobre todo, disfruta restaurando y aprovecha para relajarte.

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