Cómo mantener una piscina durante el invierno

Ahora, en estas fechas y tras la borrasca Filomena, es impensable imaginarnos dentro de una piscina. Sin embargo, en invierno es importante que sigamos cuidándola correctamente para que, una vez llegue el buen tiempo y las ganas de tomar el sol y bañarnos vuelvan, esté perfecta y cueste menos ponerla bien. ¿Sabes cómo se mantiene una piscina durante el invierno? ¡En este post te lo explicamos!

No vacíes la piscina, cúbrela

Muchas personas, cuando acaba la temporada de bañarse y el verano llega a su fin, deciden vaciar las piscinas de sus casas. Este es un error que no debemos cometer. Y es que la cantidad de litros y litros de agua que se pueden desperdiciar son muchos. Por ello, si seguimos las pautas de mantenimiento, no hará falta vaciarla.

Sí sería recomendable vaciarla si vamos a desinfectarla correctamente o a reparar las grietas que se hayan podido ocasionar. Si no es así, en lugar de vaciarla podemos cubrirla para que, con un mantenimiento muy escaso, podamos aprovechar esa misma agua el verano siguiente. Lo mejor para cubrirla es utilizar un cobertor adaptado: así se reduce la energía y los costes.

Limpia el fondo y las paredes

Aunque la piscina no se vaya a utilizar, es importante que continúe limpia. Por ello, comprueba que el fondo y las paredes no están sucias. En caso de que lo estén, con la depuradora activada, pasa un cepillo y el limpiafondos para que se queden perfectas.

Por otra parte, recuerda que todos aquellos restos que se queden flotando en el agua es importante que los retires con una red adecuada. Si no, es probable que se vuelvan a quedar pegadas a la pared y al fondo. Revisa cada mes o dos meses el estado de las paredes y, en caso de necesitarlo, limpia de nuevo. No obstante, si la cubres, es poco probable que vuelva a ensuciarse tan rápidamente.

Controla los valores del agua

Para mantener una piscina durante todo el invierno, y durante todo el año, es fundamental controlar el correcto estado del agua. Es fundamental que, aunque no estemos bañándonos, sigamos comprobando que el pH del agua es el adecuado.

Semanalmente, es importante que compruebes estos valores. Esto debes hacerlo con los mecanismos adecuados. Puedes encontrarlo en cualquier tienda que tenga productos de mantenimiento de piscinas, e incluso en algunos supermercados. Debes comprobar que el pH se sitúe dentro de los valores 7.2 y 7.6.

En invierno, y con la bajada de temperaturas, es poco frecuente que se generen algas en el interior de la piscina. No obstante, ten a mano el antialgas por si fuese necesario continuar con el tratamiento habitual. Dependiendo de la zona en la que vivas y su clima, es probable necesitar un mantenimiento para prevenir la formación de algas. En algunas tiendas especializadas, para sustituir a este producto y a otros, venden una botella con el nombre “Mantenimiento de Invierno” con el que facilitar este trabajo.

Vigila el cloro

Si cubrimos la piscina son todo ventajas. No obstante, hay que vigilar las pastillas de cloro. Con la ausencia de aire y movimiento, el agua permanecerá bastante más estática y es probable que las pastillas de cloro, antes de deshacerse, no se vayan moviendo por toda la piscina.

En caso de que permanezcan estáticas, es probable que ocasionen manchas en el suelo o paredes de la piscina que luego serán difíciles de mover. Por ello, cada cierto tiempo comprueba si se ha movido o no, y si no, deberemos moverla nosotros mismos.

¿Depuradora encendida o apagada?

Ahora bien, este es un dilema que puede aparecer. ¿Dejamos todo el invierno la depuradora encendida como siempre o la apagamos? En caso de tener la piscina cubierta, si queremos apagarla para ahorrar luz, no habría ningún tipo de problema. No obstante, es recomendable encenderla cada dos semanas para que, cuando llegue el verano, la puesta a punto sea más llevadera.